Hay interiores que parecen pensados más para ser fotografiados que para ser vividos…. Esta desatada pasión instagramer ha contagiado a algunos interioristas, que parecen querer desenterrar todo lo que tienen en el desván para las fotos; cabezas de animales, papeles pintados toile de jouy, toques de psicodelia y espejos, piezas heredadas, clásicos del diseño, souvenirs de viajes, obras arte, más saldos de mercadillo… Son interiores-escaparate.

Y es que en épocas de crisis -económicas y de ideas- es más fácil dejarse seducir (o engatusar) por la máxima, el mix es el rey. La estética collage triunfa. Pero, ¿todo vale? ¿Hemos enloquecido tanto como parece? ¿Hay vuelta atrás? Como todo en esta vida, llevar esta estética a buen puerto requiere muchas horas de vuelo, un ojo bien entrenado y un ejercicio de contención, estilístico. También aquí, y ante la duda, menos suele ser muchísimo más.

Esta introducción no quiere en absoluto desmerecer el trabajo realizado por el estudio Ippolito Fleitz en esta céntrica vivienda de Stuttgart, propiedad de un diseñador textil y un arquitecto. Se trata de un piso catalogado de estilo Wilhelminiano y 290 m2 que se ha transformado en un colosal gabinete repleto de curiosidades. 

Una característica de la vivienda es su disposición de habitaciones individuales agrupadas en torno a un vestíbulo central. Esta distribución ha sido respetada para crear un discurso amplio y abierto con vistas cambiantes y perspectivas superpuestas.

El optimismo viene dado por un vestíbulo gris pálido, similar a una galería. Un elemento llamativo es un banco de madera de la India, que acentúa el efecto de succión de la distribución trapezoidal. Desde aquí se extiende por todo el apartamento un suelo de parquet negro en espiga que da a la suite y a las habitaciones una sensación fluida y crea un fuerte contrapunto gráfico a la arquitectura Wilhelminiana, típicamente burguesa.

En la cabecera del vestíbulo se encuentra el salón, un espacio en forma de salón con fuertes contrastes de colores, intensos elementos gráficos y grandes formascontra las paredes azul polvo. Una alfombra de pelo largo con un patrón audaz y geométrico en colores fuertes y una silla Bold de Moustache son más obras de arte que los muebles, aunque incluso estos son superados por los cuadros y objetosexpresivos en las paredes. En el techo las formas circulares aportan dinamismo.

El comedor está dominado por materiales textiles como el verde oscuro, papel tapiz de seda y hallazgos de viajes exóticos, como una tela uzbeka, bordados de seda de la India, aplicaciones textiles de Laos y cestería africana de Losa. Un mural en el techo de Alix Waline aporta interés adicional al espacio.

En el centro del comedor hay una gran mesa de palosanto, alrededor de la cual se reúnen varias sillas. Un extremo del tablero de la mesa está lacado en negro. Esta superficie reflectante brillante crea un puente hacia el piano y hacia un aparador de roble ahumado que cuelga en una pared. Su frontal lacado parcialmente negro se asemeja a un espejo fragmentado y disuelve la solidez de su forma.

Comedor y salón están comunicados en sus extremos por una pequeña habitación con ventana de bahía. Aquí, el carácter gráfico y la materialidad textil se funden en un papel pintado psicodélico especialmente encargado para este proyecto, que desafía a la vista y crea un fondo provocativo. Otro contraste proviene del mundo de los muebles, más tenue y natural, y de la luz intensa que se filtra en la habitación a través de las persianas venecianas doradas, que brillan al sol.

Una abertura asimétrica y curvada en el extremo opuesto del salón da acceso a lasala de escaleras, única habitación en la que se conserva el parquet de roble original. Las paredes de esta sala están empapeladas con un papel inglés pintado a mano con un opulento motivo selvático. La atmósfera exótica se ve acentuada por un caballo de madera de tamaño natural.

 

Al piso superior se accede a través de una escalera con peldaños de añil y un travesaño verde oscuro. Desde la sala de la escalera, una segunda puerta de doble hoja da acceso al dormitorio-biblioteca. Una estantería de suelo a techo cubre la pared longitudinal y vuelca su mirada hacia la habitación.

Una pared con espejos que conduce al vestuario subraya esta impresión de profundidad. Una puerta oculta en la pared del espejo conduce a un vestidor, que contiene dos grandes armarios blancos colgantes. Dos áreas circulares de vidrio con incisiones logran disipar el volumen del mueble.

A la derecha del vestíbulo encontramos un amplio baño. El diseño, de color salmón, está en armonioso diálogo con la piedra caliza del suelo y varias paredes. Múltiples superficies espejadas expanden el espacio y crean puentes ópticos hacia las otras habitaciones mediante reflexiones. Un lavabo independiente de palosanto con espejo superpuesto forma un fuerte centro de mesa, sobre el que se agrupa una bañera independiente y una cabina de ducha cerrada.

.Cocinar con los amigos es otra de las pasiones de los propietarios. La cocina en el otro extremo del apartamento tiene un bloque de cocina de acero inoxidable deestilo industrial en su centro. Los azulejos originales en el suelo y la pared proporcionan un contraste brillante a los armarios empotrados precisos, con bordes nítidos y superficies sólidas. Una mesa de mármol independiente ofrece espacio para reuniones más íntimas.

El WC de invitados está situado junto a la cocina. Esta pequeña sala con sus muchos tubos montados en la pared fue revestida con paneles para crear una forma limpia y poligonal. El efecto plegado de las paredes se disuelve con un mural geométrico. Un espejo suavemente curvado proporciona un contraste agradable y, también, amplía el espacio.

La planta alta alberga un amplio despacho y sala de TV privada. Esta planta superior, inundada de luz, también tiene acceso a una generosa terraza con vista a las copas de los árboles de la avenida vecina. En la otra dirección se ve una vista impresionante de Stuttgart. El verde es aquí programático: la sala está llena de suculentos colores y formas de verde. Una cama anidada en una de las ventanas del dormitorio ofrece espacio para visitantes adicionales.

 

Y es que este dúplex es un museo de recuerdos y una sala de exposición para la creatividad de sus propietarios. En lugar de una estética cerrada y consistente, el apartamento funciona como un collage de estados de ánimo variados. Sin embargo, a pesar de su aparente disparidad, se consigue una síntesis que refleja perfectamente la personalidad de los propietarios en cada uno de sus espacios individuales.

Referencia: InfoGroup